jueves, 5 de mayo de 2011

El Ártico y su sistema internacional de gobierno: el Consejo Ártico

Susana de Valentín






El término Ártico proviene de la palabra griega arktos, o arktos, que significa “oso”, haciendo referencia a las constelaciones de la Osa Mayor y de la Osa Menor, situadas próximamente a la estrella polar, el punto luminoso más visible y cercano al Polo Norte. Su significado, a su vez, está también motivado por la presencia de osos polares blancos en la región, del tipo que podemos apreciar en la fotografía. Sin embargo, ¿qué más sabemos acerca del Ártico?, ¿existen intereses y conflictos internacionales en la zona?, o ¿qué clase de decisiones toman los gobiernos en esta recóndita parte del planeta y qué países en concreto las toman?, ¿existe algún tipo de sistema de gobierno internacional respecto del cual todas las cuestiones referidas a la región que bordea el polo norte de nuestro planeta queden sometidos al mismo? Sí, lo hay. Es el denominado Consejo Ártico.


El Consejo Ártico es un foro intergubernamental que agrupa a los ocho Estados ribereños de la región ártica, estos son, EEUU, Canadá, Rusia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Islandia y Suecia, con el objetivo de resolver los intereses y preocupaciones comunes que los enfrentan, como el desarrollo sostenible, el cambio climático y la investigación y supervisión de la zona ártica, a través de la cooperación y la coordinación de acciones. Su origen lo encontramos en la Estrategia para la protección del medio ambiente, firmada en 1991 por los ocho estados árticos. Sin embargo, fue la Declaración de Ottawa de 1996 la que estableció formalmente el Consejo Ártico, nombrando a estos ocho países miembros del mismo, a toda una serie de comunidades indígenas y habitantes del lugar como Participantes Permanentes, así como a una amplia amalgama de organismos internacionales y no-gubernamentales como Observadores Oficiales. 


El trabajo del Consejo tiene lugar en las reuniones y se hace de manera coordinada y a través de la cooperación entre cinco Grupos de Trabajo y con varios Programas y Planes de Acción. Dispone de una Presidencia y un Secretariado, competencias que van rotando cada dos años entre las ocho naciones que lo integran. El Secretariado, se encarga de la coordinación total de la actividad, organizando las reuniones, distribuyendo los informes y documentos necesarios para el trabajo del Consejo y manteniendo el sitio web de éste (http://www.arctic-council.org/) en orden y actualizado. La Presidencia, por su parte, una vez finalizado el ciclo de dos años de trabajo, organiza una reunión especial, de carácter ministerial, para hacer balance del trabajo del Consejo durante dicho período y emitir una Declaración formal, no vinculante, sobre los logros y las obras futuras, a la que asisten los representantes de los estados ribereños en la figura de un Ministro de Asuntos Exteriores, de Asuntos del Norte o del Medio ambiente. Por lo que se refiere a las reuniones ordinarias del Consejo, éstas tienen lugar cada seis meses, en las que los representantes de alto nivel de los gobiernos de cada uno de los estados miembros, los denominados Funcionarios Superiores Árticos, están presentes. Junto a ellos, también participan los representantes de las comunidades indígenas del ártico y de los observadores oficiales.

El Ártico, en tanto que maravilloso paraje natural, con flora y fauna pluridivesa, animales exóticos y seres humanos que habitan allí, misterioso y todavía por explorar, como si de un mundo particular se tratase, encontrándose desgajado de las sociedades de consumo del siglo XXI, tiene la cara negativa de ser el escenario propicio para la avaricia del poder y los enfrentamientos entre países que se disputan por la explotación y extracción de sus riquezas. Se trata de una compleja región, tanto en términos geográficos, como estratégicos y socio-políticos. Para su gestión, intereses de los diferentes países enfrentan a sus respectivos gobiernos. Resulta imprescindible, por tanto, un organismo como el analizado, sobre todo, con el fin de solventar los conflictos que laten en la región actualmente y que pasamos a analizar.

Mientras que en épocas anteriores no se le prestó mucha atención, recientes investigaciones han demostrado que el Ártico posee un tercio de las reservas energéticas y minerales mundiales. En consecuencia, como algunos expertos ya prevén, su océano se puede convertir en un foco importante de conflictos en la escena internacional. Vaticinan, incluso, una posible “Guerra Fría” por el deseo enfermizo de los Estados y las empresas cuyos intereses respaldan de hacerse con el control de los yacimientos de gas, petróleo y carbón, así como de oro y diamantes que allí se encuentran. Además de los Estados ribereños, otros exteriores, no ribereños, desean participar en el reparto de las potenciales riquezas descubiertas. Uno de los más activos, en ese sentido, es China, quien mantiene actualmente lazos de cooperación con Noruega para la explotación de las zonas nórdicas. Además, está interesada, debido al fenómeno del deshielo del ártico, en el establecimiento de rutas en su parte noroeste para el comercio o transportes, más rápidas, con Europa y América. Sin embargo, hay países que se han manifestado en contra a la intrusión de este tipo de Estados en el Ártico, como es el caso de Rusia, quien ha considerado la posibilidad de establecer una seguridad militar en la zona para la defensa de sus intereses legítimos, en tanto que Estado ribereño.

En conclusión, esperemos, por tanto, que el Consejo Ártico sea efectivo y que en él se adopten las medidas convenientes para la prevención de conflictos y la garantía de una explotación pacífica de la zona ártica, en el marco de un desarrollo sostenible real. A los gobiernos hay que exigirles responsabilidad al respecto, sobre todo los ribereños. Naciones Unidas, también implicada con el proceso, y último reducto de esperanza para la aplicación de las pautas de preservación y conservación del territorio ártico, debería tomar también las medidas oportunas. El cambio climático es una realidad, de la misma manera que el deshielo en la región es una realidad y los trastornos en la flora y la fauna también lo son. Pero la humanidad tiene que ser consciente de que dispone de tecnología suficiente para poder preservar todo lo que forma parte de la tierra, a la cual estamos indisolublemente unidos. Por ello, tiene la responsabilidad de protegerla, y el Ártico es una parte más.

8 comentarios:

  1. me encanta la vida que transmite la foto

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  2. CONFIO QUE ESTE CONSEJO SIRVA PARA PROTEGER EL MEDIO AMBIENTE Y NO LOS INTERESES DE LOS DE SIEMPRE.

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  3. ES IMPORTANTE QUE SE DIVULGUE ESTE TIPO DE INFORMACION PARA VER SI LA GENTE SE ENTERA DE QUE PROTEGER EL ENTORNO ES PROTEGER LA VIDA.

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  4. De verdad sirven para algo este tipo de organismos. La mayoría de la gente no saben ni que existen, Se deberían de dar más publicidad en caso de que hagan lo que dicen.

    Una persona amante de la naturalez

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  5. BUEN ARTICULO. ANIMO

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  6. Existen más organismos que protejan el medio ambiente. Gracias.

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  7. Susana, muito obrigado pelo retrato actual da situação. Claro que as grandes potências vão negociar o acesso a esses recursos energéticos. Creio que não mencionaste o degelo das calotes polares que veio abrir novas rotas comerciais para os navios de grandes porte, encurtando algumas rotas marítimas mundiais... No geral, está muito bem como introdução tema! PMC

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  8. Buen artículo! El tema es muy importante, pero poco se sabe. Hay disputas importantes en marcha como el tráfico y la explotación de hidrocarburos en la Bahía de Baffin o la "posesión" por parte de Rusia del Polo Norte cuando puso su bandera a más de 4.000 metros de profundidad en 2007, por ejemplo. Son temas tema que necesitan más atención por parte de todos y el artículo es una importante ayuda! João Francisco

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