jueves, 21 de julio de 2011

Los CDS como instrumentos de ataque a la deuda pública de los países de la zona Euro

Jorge Daniel Mora García
















Los CDS o permutas de incumplimiento crediticio (credit default swaps) son objeto de polémica desde el estallido de la crisis internacional en 2008; su importancia actual en la zona Euro es incluso mayor, puesto que son utilizados de forma especulativa para apostar contra los Estados. Actores como los fondos de inversión (hedge funds) pueden usar el mercado de CDS para colocar a un país al borde del precipicio.



Los CDS funcionan como un contrato de seguro en el que a cambio de pagar una prima el tenedor de un crédito puede asegurarse ante el riesgo de impago de un crédito que haya concedido. Aunque tienen la virtud de proteger de las pérdidas que provocan los impagos, la especulación, la falta de transparencia y su espectacular aumento en los últimos años pueden multiplicar las pérdidas que podrían suponer un impago en la economía real.

Lo más importante de todo esto es que atacando la deuda de determinados países puede ganarse mucho dinero. De ahí la propuesta de la canciller alemana Ángela Merkel para prohibir este tipo de productos.

Los CDS han sido utilizados como instrumentos de ataque a la deuda pública de algunos países, como es el caso de Grecia, en 2010; en el ámbito privado fueron también responsables de la caída en 2008 de la empresa norteamericana American International Group (AIG). La canciller alemana Ángela Merkel se ha mostrado partidaria de prohibir en la Unión y en el G20 estos instrumentos, ya que pueden ser utilizados de forma especulativa para apostar contra los Estados. En palabras de la propia canciller, tras su reunión con Papandreu en marzo de 2010, "estos CDS equivalen a comprar un seguro contra incendios para la casa del vecino para luego prenderla fuego y ganar con ello dinero".

La operación habitual de un gestor de inversiones es comprar deuda de un país y cubrirse comprando CDS. Si un inversor posee un bono del Tesoro español y quiere cubrirse ante un eventual impago, pude contratar un seguro (CDS) para lo cual tendrá que pagar una determinada cantidad anual (el nivel del CDS). Lo más habitual es seguir el CDS a 5 años y compararlo entre países, tanto en un determinado momento, como a largo del tiempo.

No obstante, lo que era una especie de seguro contra impagos se ha convertido en una especie de gigantesco mercado de derivados donde no se sabe de forma transparente quién tiene posiciones y que se estima que a septiembre del 2008 tenía un volumen de más de 60 billones de dólares. Y es que cuando un hedge fund o una compañía aseguradora venden su protección a un cliente contra el impago de un crédito lo que suelen hacer es después comprar otro CDS para protegerse ellos mismos y este proceso se reproducir producir multitud de veces.

El propio Warren Buffett ha advertido acerca de los CDS, derivados de crédito para cubrir el riesgo de impago de la deuda, que pueden transformarse en “armas de destrucción masiva en las manos inadecuadas”. Varios expertos y estudios avisan de que su reducida liquidez y su elevado apalancamiento (el uso de endeudamiento para financiar una operación) los convierten en el instrumento ideal para influir en los precios de la deuda soberana.

Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters, asegura que "los precios de los bonos siguen la evolución de los diferenciales de los CDS, y en estos últimos es mucho más fácil influir por parte de grandes inversores, como hedge funds". Los cinco principales operadores de este mercado son responsables de cerca de la mitad del importe asegurado, según los datos de la DTCC (Depositary Trust & Clearing Corporation).

La relación entre los ataques a la deuda soberana de distintos países y el funcionamiento del mercado de CDS parece clara. Juan Ignacio Peña, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Carlos III, afirma que "la mayoría de los estudios publicados hasta la fecha sugieren que los precios del mercado de CDS lideran a los precios del mercado de bonos. Es decir, los precios se mueven primero en los CDS y luego -horas o días después- en el mercado de bonos".

En resumen: posibles actores -en su mayoría hedge funds- pueden usar el mercado de CDS para conseguir elevar el rendimiento de la deuda de un país, colocándolo al borde del precipicio. Es lo que podría haber ocurrido con Grecia e Irlanda y lo que podría estar ocurriendo con Italia y España. En ambos casos, el elevado nivel de rentabilidad que exigían los inversores por comprarles la deuda obligó o puede obligar al rescate.

Los fondos de inversión son los grandes ganadores, sobre todo los que tienen sede en Estados Unidos y de Reino Unido. Sus prácticas especulativas han sido muchas veces objetivo de las críticas políticas y de expertos en economía. Fondos, bancos y aseguradoras juegan con los CDS sobre la deuda de un país atesorándolos y haciendo subir su precio. Consiguen así que crezca la percepción del riesgo de que ese país en cuestión pueda dejar de pagar los intereses de su deuda y, por ello, tiene que ofrecer cada vez más rentabilidad por sus bonos (títulos de deuda) para convencer a los inversores de que los compren. El problema es que la rentabilidad del bono no puede subir sin límite porque ningún país puede permitírselo.

Este mercado lo crearon un grupo de unos ocho grandes bancos, la mayoría estadounidenses, como Citi, Bank of America, JP Morgan, Goldman Sachs, y otros europeos, como Deutsche Bank y UBS. Estas entidades son intermediarios: ponen en contacto al comprador y al vendedor de los CDS y cobran una comisión. Cuanto más se mueva el mercado de CDS, más cobran. Además, también ellos compran y venden CDS. El problema es que en Europa es un mercado ‘over the counter' (OTC), es decir, que las operaciones no tienen ninguna transparencia. Sólo las conocen las partes. Como ejemplo de que es un mercado que mueven unos pocos, una encuesta de la agencia de rating Fitch en 2009 señalaba que cinco bancos, fondos o aseguradoras coparon el 95% de todos los CDS comprados y vendidos.

Algunos expertos señalan que la estrategia desplegada por el Banco Central Europeo (BCE) para defender la deuda de los países periféricos que pueden verse afectados por los ataques es insuficiente. Para corregir esta situación que amenaza con colocar al borde del abismo a países como Italia y España, debería ponerse orden apostando por una mayor transparencia. Los expertos coinciden en que el mercado de CDS es demasiado opaco y es necesario hacerlo más transparente y seguro.

La Comisión Europea ha planteado varias propuestas para impulsar el establecimiento de depositarios centrales de operaciones en el caso de las operaciones en mercados no regulados (OTC, por sus siglas en inglés). La propuesta más inmediata es crear un organismo centralizado donde se realice la compensación y liquidación de los contratos de CDS y se hagan públicos los precios efectivos de las transacciones.

La crisis financiera ha propulsado el interés en estos seguros. En 2002 el volumen asegurado no llegaba a 2 billones. En 2007 superaba los 60 billones.

En los peores momentos de la crisis griega, algunas autoridades europeas propusieron el establecimiento de restricciones a las compras de seguros contra el impago de deuda soberana en las que no se posean los bonos. El análisis publicado por el supervisor español advierte que esto haría perder eficacia al mercado y sería complejo de implantar. Con la situación actual en la zona euro, convendría estudiar todas las opciones posibles.


Fuentes y recursos:



http://www.lavozdeasturias.es/dinero/beneficiados-ataques_0_515948510.html (Beneficiados ataques deuda soberana, Julio 2011)



1 comentario:

  1. Excelente artículo. Por fin entiendo diabólica dinámica que está empujando a la periferia comunitaria al abismo.

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